En la primera partitura de este capítulo la mano derecha trabaja el cruce en cuestión en el contexto de una escala de Re mayor que abarca dos octavas. Una escala con este ámbito contiene tres cruces, el segundo, que se da entre el do sostenido y el re, es propiamente el que se realiza con los dedos 4 y 1. Si sólo fuera por la mano derecha se vería como un ejercicio musicalmente muy sencillo. Es la mano izquierda, que nos determina la armonía y a la vez un movimiento melódico, la que le otorga atractivo y la convierte en una pieza autosuficiente.
Os recomendamos el vídeo donde explicamos con detalle como podéis trabajar este elemento de la técnica de piano.